Tras nueve meses de angustia e incertidumbre, la familia de Lesly Yarisma Aguilar Jiménez confirmó el hallazgo de sus restos en una fosa clandestina.
Lesly Yarisma fuera privada de la libertad frente a sus hijos el 10 de enero de 2025, en su domicilio de la colonia Laurel II, al este de Tijuana, Baja California.
Según relataron sus familiares y diversos colectivos de búsqueda, dos hombres encapuchados irrumpieron en la vivienda y la sustrajeron frente a los menores.
Desde el momento de la desaparición, Lucero Jiménez, madre de Lesly, comenzó una búsqueda incansable, acompañada de sus nietos, familiares y amigos. Varias jornadas de rastreo se realizaron en zonas conocidas por la alta incidencia delictiva en la periferia de Tijuana, siempre bajo el resguardo de colectivos como Natura, Esperanza y Apoyo, Buscando a Tolano y Enlace y Restauración.
El colectivo Natura, Esperanza y Apoyo, dirigido por Petra Calderón, apoyó la búsqueda desde el inicio, participando en operativos y difundiendo información relevante.
El viernes 17 de octubre de 2025, los colectivos Buscando a Tolano y Enlace y Restauración localizaron una fosa clandestina sobre la calle Ensenada, fraccionamiento Laurel I, delegación La Presa Rural.
A pesar de la importancia del hallazgo, la espera de agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) para procesar la escena se prolongó más de siete horas, en condiciones adversas para los familiares presentes.
“Encontramos a una persona del sexo femenino. Ese día, desconocíamos su identidad. Nosotros salimos alrededor de las 11:00 de la noche y aún FGE estaba haciendo el levantamiento”, relató un integrante de los colectivos.
Finalmente, los rasgos de su ropa y señas particulares permitieron a la familia identificarla. La confirmación oficial mediante exámenes genéticos aún está pendiente.





